Llevo demasiados días dándole
vueltas al concepto del valor social de la creación.
Y quizá el concepto no sea valor
social, ni finalidad. Quizá el problema sea la motivación por la que alguien
crea.
Siempre he creado (antes escritura
y fotografía, ahora fotocomposición también) sin un rumbo determinado, sin una
coherencia interna… escribo una serie de relatos y los agrupo, disparo fotografías
para colgarlas en una bitácora, recreo composiciones fotográficas y los esparzo
por las paredes de mi casa… pero, ¿dónde está la coherencia de lo que hago?
Un buen critico y/o filosofo afirmaría que el caos también tiene su
coherencia…
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