viernes, 22 de marzo de 2013

ojos literarios

ESO ERA AMOR...
Le comenté:
- Me entusiasman tus ojos.
Y ella dijo: 
               -¿Te gustan solos o con rímel?
-Grandes,  respondí sin dudar.
Y también sin dudar
me los dejó en un plato y se fue a tientas.

                                     Ángel González

Muchas veces los ojos son una de las partes del cuerpo donde la inspiración poética parece centrar su mirada para alabar a la persona amada.

Los ejemplos serian muchos... yo he elegido a Ángel González por una mera cuestión de gusto personal, sin embargo, desde los inicios de la literatura los ojos son fuente de inspiración para alabar la belleza de quien se ama.

Sin embargo, en literatura también los ojos y la mirada se usan desde una vertiente no meramente descriptiva sino como un sentido que enturbia la realidad, que no nos permite ver la realidad. Un fragmento de La Celestina valga de ejemplo (aunque sólo es un ejemplo, pues la cantidad ingente de reflexiones sobre la mirada en la literatura es asombrosa):

SEMPRONIO.-  Posible es, y aunque la aborrezcas cuanto ahora la amas, podrá ser alcanzándola y viéndola con otros ojos libres del engaño en que ahora estás.

CALISTO.-  ¿Con qué ojos?

SEMPRONIO.-  Con ojos claros.

CALISTO.-  Y ahora, ¿con qué la veo?

SEMPRONIO.-  Con ojos de alinde, con que lo poco parece mucho y lo pequeño grande. Y por que no te desesperes, yo quiero tomar esta empresa de cumplir tu deseo.

No podía, ni quería, acabar esta reflexión sobre la literatura y los ojos con una cita de uno de los complementarios de Machado:

El ojo que ves no es

ojo porque tú lo veas;

es ojo porque te ve.

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