A pesar de lo superfluo de la reflexión de Cesar Simón sobre
la fotografía (que sólo le da un valor documental), la equiparación de la
fotografía a “imposible metafísico” merece ser citado en cualquier manual que
se precie de fotografía.
La pintura es un arte; la fotografía un imposible metafísico. Un gran pintor pinta las profundidades, pero no el tiempo que transcurre. Porque las profundidades plásticas no transcurren, permanecen. Mientras que la fotografía, que no puede profundizar como la pintura, por más que se empeñe, capta una profundidad de otro tipo: es la tragedia de las apariencias.
Cesar Simón, Perros ahorcados, Pre-textos, 1997, pp. 59
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