Y me encantaba pasar ante los juzgados, las comisarias, los cuarteles, los ministerios, o entrar en los supermercados y grandes almacenes donde había cámaras de vigilancia y acortar el paso y demorarme ante ellas mientras examinaba algún artículo valioso para que mi conciencia quedara bien grabada, un documento para la posteridad, y a veces me imaginaba que una severa comisión de ciudadanos notables, reunidos a tal efecto, analizaba y juzgaba cada uno de mis gestos, de mis palabras de mis actos, por nimios que fueran, para poder medir luego el alcance de mi rectitud.(Luis Landero, Retrato de un hombre inmaduro, p. 14)
domingo, 14 de septiembre de 2014
rectitud en la mirada
Mucho tiempo sin escribir... De nuevo, con una cita:
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